sábado, 22 de junio de 2013

Ortorexia

Ortorexia: culpable. Para prueba de ello un botón. Se suele relacionar "ortorexia" con trastornos nerviosos, de ahí que la expresión "ortorexia nerviosa" sea comúnmente utilizada. Como dice el refrán, "más vale estar solo que mal acompañado". Aún así, a la ortorexia se la difama aunque vaya solita. Se la percibe como una obsesión por seguir el camino recto. Desvío, obsesión, obcecación, empeño enfermizos por alcanzar lo recto y correcto.

Pero esto no cuadra. Es como si se tiñesen de un preocupante color marrón enfangado las palabras con el prefijo "orto", tales como ortografía, ortopedia, ortodoncia, ortofonía, ortodoxia. Veamos.


Ortografía: conjunto de reglas y convenciones que rigen el sistema de escritura. Se han ideado correctores ortográficos para seguir la norma.

Ortopedia: especialidad médica que consiste en corregir o evitar deformaciones del sistema esquelético y muscular del cuerpo humano. Se han inventado una panoplia de equipos y técnicas para remediar a lo que se considera una irregularidad.
Ortodoncia: disciplina o ciencia que busca prevenir y tratar las anomalías de los dientes, es decir corregir eventuales alteraciones. Con ello se pretende lograr cierta estética y armonía.
Ortología: parte de la gramática que se refiere a la correcta pronunciación de las palabras, a la mejora de la locución que garantiza así una mejor comunicación.
Ortodoxia: creencia recta y verdadera en conformidad con doctrinas, dogmas o prácticas habituales. Salirse de la ortodoxia es pecado. De ovejita blanca con vida placentera pasamos a deambular por laberintos luciferinos como ovejas negras, atrapadas en un agujero que gira eternamente en ciclo centrípeto. ovejas endemoniadas, malditas, condenadas, diabólicas y malignas.

En la actualidad, es de neuróticos, egocéntricos, maniáticos prestar atención a lo que uno come. Muchos ascetas se alimentaron de patatas podridas o incluso ayunaron para alcanzar un despego material. El propio Siddharta cayó en la trampa, pero un día despertó de su letargo y comprendió su error. Se levantó y dejó atrás aquel espejismo.

Los desaciertos de los profetas se han convertido en norma. Por ello, comer bien está mal. ¿Lujuria ostentosa, regocijo petulante, deleite obsceno? Comer es complacer los sentidos y rendirse ante los placeres de la carne. Comer bien es hacerlo sin pasarse de la raya. Malcomer es como ir de putas,  mientras que "biencomer" es el acto de amor erótico, sensual y placentero. Eso no implica ni represión, ni prohibición. No es perjudicial -sino todo lo contrario-. Saborear deliciosos guisos, ponerse las botas, paladear un buen vino, diversificar, descubrir nuevos aromas, etc. no es tampoco monogamia. 


En esa dicotomía estamos engullidos. Seguimos envueltos en el fangoso terreno de las dualidades. Divorcio del cuerpo y de la mente. Rupture de la tenue línea de contención. Liposucción vs. ejercicio. Cirugía vs. equilibrio. Comida basura vs. dieta sana. Remodelado vs. formas y curvas naturales.


Quedaron atrapados los festines paganos gargantuescos en la rigidez del tiempo de la historia bíblica. Se solidificaron, petrificaron hasta estallar bajo la presión social aburguesada. A pesar de todo, las comidas frugales nos desagradan. Nos atiborramos de junk food y nuestra sociedad condescendente lo ve con buenos ojos. ¿Por qué deberíamos controlar nuestros impulsos? El disparate radica en que se nos enseña a medir las palabras y no a moderar las ganas irreprimibles de comer.

Comida y compulsión hacen buenas migas. Ponerse algo en la boca para sosegar la conciencia, aplacar la ira, enmudecer el aburrimiento, calmar el miedo, serenar la angustia. La comida es como el chupete se pone en la boca para acallar cualquier atisbo de independencia y desacuerdo. Nos han enseñado a mirar hacia el otro lado. Se trata, pues, de mirar al frente. 



Buen provecho...

1 comentario:

  1. La juste mesure. Au menu meli-mélo de douceurs à la mode d'autrefois, suivi d'un délice de poissons aux noix, accompagné de pointes d'asperges et un verre de Pomerol... Ensuite, ce sera à votre guise des saveurs déroutantes... Plaisirs des sens.

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A vous de jouer... Les dés sont jetés.

La louve

Ecrivons sur la page Pendant que la mer dégage Si la mère enrage Elle effacera toutes les pages