miércoles, 2 de octubre de 2013

El libro de las caras


En inglés todo suena mejor. No sé si es cierto o mero espejismo lírico. Pensándolo bien creo -y tengo licencia para errar- que juntar palabras sin conexiones, o mejor dicho,  conexiones invisibles no desconcierta la mente. El cerebro pone neuronas a la obra; se dedicarán a relacionar cada cosa, poner las cosas en su sitio, salir del caos imprevisible de las palabras, dresser un tableau, etc. ¿a nuestro antojo?

Cara dura, dar la cara, cara a cara, encarar, verse las caras, ... La cara virtual, espalda de la verdad, otra cara de la moneda, recto del verso inacabado, norte de la brújula, revés de fortuna, dorso de la mano zurda. Ni libro, ni cara. Exhibición, Web reality, ganas de lucirse,  perfiles de caras borrosas, máscaras y no caras. Se me ocurre: Libro de las máscaras o mejor Anécdotas y Máscaras. ¿Pressbook de los pasillos con fregona? Culebrón de insípidos don nadies.

Las lenguas latinas sufren de "explicitosis", tanto caso y declinación acabarán con la poesía cotidiana. Los poetas trastocan el orden (crono)lógico en un espacio desmedido. Se quedaron aislados, sin eco, ni caras para componer paisajes. Se impuso Descartes con la lógica (di)visible a las espaldas de lo invisible. Anidamos prejuicios palpables, pruebas cuantificables, evidencias indiscutibles y errores impensables. Todo aquello que la mente no alcanza no existe. De ahí que Dios exista, que las galaxias existan, que el Universo exista, que lo virtual exista, que el libro de las caras exista, que



No existen ni el silencio redondo de la Luna, ni el verdoso resplandor de la naranja, ni el despertar de la ausencia ajena, ni tampoco el baile turquesa del mar, ni el pío triangular del pájaro, ni siquiera el volar flotante del cachalote, ni el respirar sordo del espasmo de la noche, ni el orgasmo irregular de las voces de los mudos, ni el chapoteo arqueado del alba rojiza, ni el envidioso beso del despertar, ni el abrazo pentadimensional lento y astuto del aire sobre las nubes, ni la dureza del viento cuadriculado, ni el ruido de una mano, ni el olor picante y sudoroso de la nota musical, ni la caída vertiginosa del mal angélico, ni el despojo de raíces infieles, ni cerezas sin hueso, ni

Sigo sin saber si suena mejor Facebook; yo prefiero "el libro de la selva". 

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A vous de jouer... Les dés sont jetés.

La louve

Ecrivons sur la page Pendant que la mer dégage Si la mère enrage Elle effacera toutes les pages