lunes, 19 de agosto de 2013

Cosa nuestra


¡Con qué orgullo y humor
-propios de latitudes sin rubor-
lanzábamos Spain is different al aire
tal pelotazos con desaire!

Ahora miramos por las piedras
dónde se nos cayó la vergüenza
que aletea como ave rapiña
de boca hacia fuera huye la niña.



Niña fue dulce y gloriosa.
Cayeron chorros de oro de mortero,
diamantes de cristales del cielo,
plata sin ley que cegó al embustero.

Caerán cabezas vespertinas
rodarán sobre suelos acribillados
de silbidos, cacerolazos y demás eventos importados,
dicen que de Argentina.

Tierra conquistada, ventosa semilla,
aguas de la nada, cabos por desatar,
convergencia sin unión, contrastes de nácar,
volvamos al grano de la villanería.

Unos se van con los bolsillos rebosantes
Otros se quedan con los billetes en santo aposento
apostólico y helvético, cajas fuertes
y anónimos clientes.


Italia y Córcega comparten el cariño de las balas
que silencian en sepulturas acogidas por gusanos
al que cae. Ruedan cabezas despachadas,
se borra la pizarra de la memoria, vaho del olvido humano.


Las lenguas son enemigas de la mano negra,
amordazarlas es maniobra de arte, jugada de suegra,
como el café, con veneno y mirada de familia,
noble valor de una derecha deshecha y vencida.

Suenan las campañas de la dimisión
sin retos ni introspección.
El barco se hunde, se apaga la visión
de un futuro con sabor a perdida ilusión.

La cara no se da, las manos no se lavan,
los ojos no ven, el corazón se vuelca,
las rodillas no se doblan, el alma no ahueca,
los dientes no chirrían, los oídos ya no cantan.

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La louve

Ecrivons sur la page Pendant que la mer dégage Si la mère enrage Elle effacera toutes les pages