Las lágrimas de tus ojos secos
Tu boca se tuerce torpe
Sin que las palabras encuentren eco.
Parálisis del tiempo: a modo de navaja
Corta el aire en un silencio de cobre.
Frío metal, descuido cerebral
A borbotones se derramó la sangre.
O se cuajó un futuro en el desierto glacial
De la soledad: llovió, sí, pero ya era tarde.
Tristeza por derramar, sollozos del despertar
En una árida habitación, ¡sin recuerdos!
Yacías en aquella cama, de sábanas blancas,
Como el invierno, matador y demoledor.
Purísima inocencia de esperanzas
Con voz de nieta; olor a retama, sin dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
A vous de jouer... Les dés sont jetés.