jueves, 23 de mayo de 2013

A lo hecho, pecho



A la palabra "mama" se le asocia comúnmente la palabra "cáncer". Es una pena que sociedades puritanas como la norteamericana hayan convertido los pechos de una mujer en simples aparejos funcionales donde se anida la enfermedad, aquella enfermedad que sigue siendo percibida como un mal que carcome desde dentro injusta e intrépidamente el cuerpo. Las responsables son las células que se deterioran, dejan de seguir el patrón y empiezan a mutar a sus anchas, sin piedad.

¡Qué lejos queda el erotismo que embellecía los atributos femeninos! Ahora solo quedan las Femen con su movimiento importado de las estepas rusas. Espero que los pechos que se ostentan son naturales, eso le devolvería cierta decencia a aquello que parece molestar el establishment varonil que se está adueñado de territorios femeninos como la baja por maternidad, la guarda compartida de los hijos, la educación, la cocina y tantos otros espacios reservados a la mujer.

Ahora Angelina Jolie acaba de abrir una brecha con su decisión demasiado mediatizada. Así viven las estrellas caídas del firmamento, imponen tendencias y modas que las demás mujeres siguen sin ser conscientes de que persisten en el error una y otra vez de creer ingenuamente que son cenicientas. La censura puede resultar benéfica para las mujeres, puesto que la mayoría de los cuentos han sido redactados por una pluma masculina y no dan cabida a la plenitud de la mujer. Sino todo lo contrario, siguen amordazando cualquier intento de independencia, condición sine qua non para desarrollar nuestra propia autoestima.

De eso quería hablar, de autoestima. No se trata de reafirmarse con bustos esplendorosos, de lucir aterradores senos de mentira, sino de adueñarnos de nuestros cuerpos dándole la espalda a las exigencias de belleza. Cuando el plástico fantástico se sustituye al hueso y a la carne, cuando la previsión impone medidas tan drásticas como la ablación de los senos, cuando el botox o cualquier otro plástico reemplaza la suavidad de la carne, mueren ineludiblemente la sensación y la emoción. Vivimos una época equivocada en que los debates  se nutren de ideas falseadas impuestas por unas leyes razonadas y parciales. Me pregunto por qué es delito ayudar a una persona corroída por la enfermedad acabar con la Vida y es loable recurrir a la cirugía para prevenir cualquier riesgo de enfermedad.

Negamos la decadencia física y mental, pero adulamos la prevención que arrasa devastadora como un huracán.

Si lo pensamos bien, la ciencia occidental tiene un talón de Aquiles: la previsión. Basta con el aleteo de una endeble y frágil mariposa para que se desencadene un tornado. Al científico le falla aún su capacidad previsora. Baste para ello recordar lo mal que se les da a los economistas prever las tendencias económicas y lo pésimas que son las previsiones meteorológicas... De no ser así, se habrían salvado muchas vida en Tailandia o Japón. Los tsunamis dejarían de ser pesadillas y nos podríamos reír de los tornados. Desgraciadamente, no es así. ¿Por qué deberíamos dar crédito a los veredictos de cirujanos y médicos? Cualquier riesgo de padecer una enfermedad no debe interpretarse como una fatalidad. Eso no es todo. Prever no significa tomar armas y tirar a bocajarro contra todo eventual delincuente o terrorista. Poco entiendo de leyes, pero lo que sí creía tener claro es que uno es inocente hasta que no se demuestre lo contrario. Los médicos le han dado la vuelta a la tortilla: para prevenir cualquier riesgo de enfermedad, más vale recurrir a la cirugía que arranca, degolla, corta, amputa miembros impunemente para aliviar angustias infundadas.

Y todo esto ocurre porque las mujeres estamos sumidas en un sueño aterrador del que no despertamos porque nos han hipnotizado con palabras susurradas en labios sensuales con tono embaucador. No despertar jamás. A unas tetas naturales se les prefiere cualquier cosa con forma exagerada para atraer a los hombres, reducidos a mosquitos aspirados por plantas voraces y carnívoras o a bichos indefensos presos en las redes de la tela tejida por arañas y mantas religiosas. Aparentar en lugar de disfrutar, gozar, deleitarse con placeres milenarios tan sencillos como una caricia, un beso, una carantoña,  un roce, un abrazo...

Apelo a vuestra sensibilidad para darle la espalda a actuaciones radicales e integristas. No se trata de esconder la cabeza sino de tener sentido común. Sensatez... En medicina como en amor no digas siempre ni nunca. La medicina china  antepone la prevención a la curación. El cuerpo humano no se percibe como un nido de víboras donde la enfermedad ataca y desvirtúa las funciones vitales, sino como un fluir continuo de energías que necesitan ser estimuladas y reguladas mediante los meridianos para evitar desequilibrios y estancación de Qi. No somos "bolas de billar" que se pueden fragmentar en un absoluto newtoniano, sino partes constituyentes de un Todo en sintonía con factores tanto internos como externos. Prevenir es devolver al cuerpo, a su energía y a su dinamismo, el equilibrio. Ajuste, adaptación, descubrimiento son palabras claves. Para mantenerse sanos pongamos en práctica la cita mente sana in corpore sano.

Los pechos, una de las partes más eróticas del cuerpo de una mujer. Estudios científicos han demostrado que el uso de sujetador esta íntimamente vinculado con la aparición de cáncer de mama al oprimir ganglios y canales linfáticos. Las toxinas se acumulan en la mama originando quistes, nódulos fibrosos, etc. Es más, otros estudios apuntaban ya en 1978 a que el sujetador atrofia los ligamentos de Cooper y los músculos cutáneos y favorece, por tanto, la caída del pecho. Pero también están los detractores que afirman todo lo contrario, sea lo que sea, sujetar es como encorsetar. La elegante Coco Chanel nos libró del corsé, ¿cuánto habrá que esperar para que otra mujer sensata y sencilla cambie el rumbo de las mujeres encorsetadas en el siglo XXI? Angelina Jolie, demasiado puritana, se equivoca de cabo a rabo.

A lo hecho, pecho.

4 comentarios:

  1. Tengo cancer de mama y soy muy joven, no hay edad para esas cosas. Es cierto que ha sido un golpe duro. Algo terrible en un principio, pero nos acostumbramos a todo. Menos mal que luego podemos contar con los avances de la ciencia. Aunque lo mejor es poder evitarlo y si no llevar sujetador ayuda, las mujeres deberíamos estar mejor informadas.

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  2. Si supiéramos que nuestros hábitos, nuestras preocupaciones, nuestros miedos y nuestro silencio son el caldo de cultivo para la proliferación de las células cancerígenas, lo primero que haríamos es sonreír a la vida, decirle no al qué nos impida seguir adelante y desconectarnos cuando necesitamos una bocanada de aire fresco, ¡qué fácil parece! Gracias por tus ánimos. Una mujer entre tantas otras.

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  3. Estoy contigo y cerca. Pecho que la mano no cubre ubre. :)

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  4. Con tanta información una no sabe qué pensar. Suelo confiar en mi intuición, una vocecita que sopla en mis cabellos, me desmelena, me desorienta por unos segundos y luego se me abren puertas y ventanas. Lo malo es que nadie me enseñó y aprendí después de equivocarme muchas veces. De cada error aprendemos. Hay que caerse 8 veces y levantarse 9.

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A vous de jouer... Les dés sont jetés.

La louve

Ecrivons sur la page Pendant que la mer dégage Si la mère enrage Elle effacera toutes les pages