Ayer presencié un
acontecimiento que me impresionó. Y de impresiones va la cosa.

Ahora iré al grano. La primera impresión es la que cuenta...
Ayer asistí a un
evento impresionante, no tanto por el proceso en sí, sino por lo novedoso e
inverosímil. Me causó impresión. Salté a pies juntillas, como Mary Poppins, en un mundo imaginario,
inconcebible. Un mundo en que se desvanecerían algunas de nuestras
frustraciones. Donde las adicciones al consumo se alimentarían con la
fabricación por adición. ¿No os suena? ¡Qué mal informados estamos! Esa
tecnología se desarrolló hará algo menos de 30 años y fue bautizada
“estereolitografía” (dibujo de piedra sólida) por su padre Charles Hull en 1986.
Y sigue vigente a pesar de que ya haya vencido la patente, su acta de
nacimiento.
La tecnología
ingeniada por Chuck en 1984 http://www.google.com/patents/US5556590
es una de las
técnicas patentadas que se han dado a conocer bajo el nombre de impresión 3D.
¿En qué consiste?
En crear un objeto a partir de un archivo diseñado con la tecnología CAD mediante
impresión sea a domicilio, sea a distancia. La materialización se hace por “impresión”
de capas de un material líquido, en polvo o filamento -¡incluso oro!- sobre una
base.
¿Quedaremos atrapados en este nuevo mundo de lo Real o quedará un huequecito por el que deslizarse?
Una salida de emergencia hacia lo inmaterial.
Constelación de luces
Nubes de deseos

Nupcias etéreas entre rocas masivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
A vous de jouer... Les dés sont jetés.